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Acceso abierto y el futuro de la escritura académica - David Poveda

DATA

04/03/2017

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Acceso abierto y el futuro de la escritura académica - David Poveda

Por David Poveda
Profesor Titular en la Facultad de Psicología, Universidad Autónoma de Madrid

Las publicaciones académicas, especialmente los artículos de investigación, juegan un papel crítico en la difusión de la investigación y de la vida profesional de los/as investigadoras/as. El acceso a fondos de investigación, la promoción profesional e incluso el salario dependen cada vez más del éxito logrado en la publicación en revistas de "impacto" con un proceso de revisión por pares (supuestamente) riguroso y exigente. En la actualidad, la mayor parte de estas revistas son propiedad de multinacionales con ánimo de lucro y asociados a estos conglomerados editoriales existe una industria paralela dedicada al diseño de métricas, indicadores y rankings creados para medir el impacto de las revistas, las publicaciones y autores/as individuales.

En las últimas décadas, los costos asociados con el acceso a estos recursos se ha disparado y los gobiernos y las universidades tienen que dedicar porciones cada vez más significativas de sus presupuestos a garantizar el acceso a un recurso fundamental de investigación: el acceso a informes de investigación originales. Esta situación ha generado críticas muy fuertes en muchos sectores de la academia, llamando a boicotear los conglomerados editoriales multinacionales o incluso con universidades destacadas poniendo en tela de juicio la sostenibilidad de este modelo. Por ejemplo, la Universidad de Harvard anunció en 2012 que ya no podía permitirse los precios de suscripciones a revistas y comenzó a fomentar entre su personal que difundieran sus trabajos en publicaciones de acceso abierto y a ser más proactivos en sus organizaciones académicas-profesionales en la promoción de un cambio en el paradigma actual de publicación académica.

De hecho, gracias a internet, la digitalización del proceso editorial y la proliferación de plataformas on-line diseñadas para archivar y diseminar los resultados de investigación, estamos siendo testigos de un aumento espectacular de publicaciones académicas abiertas (en línea y gratuitas para los/as lectores/as). Por ejemplo, a fecha de la escritura de esta entrada, el Directory of Open Access Journals -de momento la plataforma más fiable con normas claras que las publicaciones deben cumplir para ser incluidas en el directorio- lista 9.462 revistas y esta cifra se actualiza regularmente. Además, la legislación a nivel europeo y del estado español exige actualmente que cualquier resultado de investigación derivado de financiación pública deba estar disponible en un formato de acceso abierto. Este nuevo requisito legal está generando diferentes tipos de respuestas, pero la solución más clara en las universidades y centros de investigación públicos ha sido la creación de "repositorios institucionales" en los que los resultados de la investigación generada en esa organización se deposita en acceso libre. Sin embargo, tal y como funcionan actualmente, estos repositorios tienen dos limitaciones importantes. Por un lado, no son la fuente principal de los trabajos de investigación; más bien, re-archivan obras publicadas originalmente en otros medios (principalmente revistas académicas propiedad de multinacionales editoriales). Incluso, con mucha frecuencia el material depositado en el repositorio no es el "producto final", si no la versión que la editorial permite depositar al autor/a según las políticas de copyright que impone en sus revistas - tales como sólo poder compartir "pre-prints", la "versión aceptada del autor" y/o tener que aceptar un periodo de embargo. Por otro lado, los repositorios institucionales no son un recurso especialmente práctico, ni bueno (y tal vez no deben serlo) para consultar la bibliografía en un área o revisar el estado actual de la cuestión en un campo particular. Los repositorios institucionales suelen seguir lógicas de la propia institución y organizan la información en torno a categorías institucionales (e.g. por centros, departamentos o unidades de investigación , etc.) más que por área temáticas o campos de investigación sustanciales - los cuales en la actualidad tienen a ser interdisciplinares.

Además, aunque las alternativas de acceso abierto ya están establecidas y continuarán desarrollándose en el futuro, los procedimientos mediante los cuales muchos aspectos de la investigación y los/as investigadores/as son evaluados están completamente arraigados en las estructuras creadas por el modelo de publicación académica comercial descrito más arriba. En otras palabras, el sistema científico y académico -especialmente en el contexto español- trabaja con una lógica paradójica (sino "esquizofrénica") en la que gobiernos y entidades financiadoras de la investigación pueden exigir o fomentar alternativas de acceso abierto mientras que en otros aspectos también bajo su control -y que tienen mayores consecuencias vitales para los/as investigadores/as (convocatoria de becas de investigación, promoción y permanencia, concesión de proyectos, etc.)- sus prácticas refuerzan el modelo de académico y editorial de "acceso cerrado".

En resumen, el escenario de la comunicación académica actual es complejo e implica un entramado de instancias cuyas lógicas e intereses están en conflicto. Desde mi punto de vista, se trata de un sistema que tiene que cambiar o, más bien, necesariamente va a cambiar. La cuestión es si este cambio será una implosión, dejará aún más marginados a algunos actores y organizaciones o puede transformarse de manera algo más ordenada y productiva. Esquemáticamente, hay varias "partes interesadas" en este entramado: autores/as, editoriales comerciales, revistas académicas y repositorios institucionales. Desde mi perspectiva, todas estas partes pueden y deben ocupar un lugar en un escenario transformado, si a su vez se transforman algunas de sus formas de trabajo. En este ensayo voy a aventurar un posible escenario futuro que, desde mi perspectiva, garantiza un sistema de acceso abierto a las publicaciones de investigación, preservando al mismo tiempo algunas de las características fundamentales y más deseables de la edición del trabajo académico tal y como se ha desarrollado durante los dos últimos siglos. Mi argumento se organiza en dos partes. En primer lugar, voy a identificar lo que veo como los tres actores clave en el sistema actual (revistas académicas, editores y repositorios institucionales) y señalar las características centrales -negativas y positivas- en la forma en que estos tres actores operan actualmente. En segundo lugar, voy a proponer una reorganización de las características que vale la pena preservar y fortalecer en un modelo alternativo en el que "revistas", "editoriales" y "repositorios" jugarán un papel diferente o pasarán a ser un nuevo tipo de entidad dentro del sistema dedicado a la difusión de la investigación.

 

La organización del sistema actual

En el sistema actual, básicamente, el/la investigador/a y autor/a de trabajos de investigación tiene que lidiar con tres piezas del sistema a la hora de publicar y compartir sus trabajos de investigación. El eje central del sistema son las revistas científicas, el espacio emblemático en el que se publica y disemina investigación original y los resultados del trabajo de investigación desde hace más de un siglo. Incluso bajo las condiciones más ideales son espacios que están lejos de ser perfectos pero tienen una serie de características básicas que, aunque bien conocidas dentro de la comunidad académica, merece la pena mencionar explícitamente, ya que suponen un rasgo distintivo de este campo de "creación y producción de contenidos": (1) Las revistas congregan, generan y sostienen comunidades intelectuales en las que autores/as y lectores/as -roles que las mismas personas asumen/intercambian- comparten y construyen una serie de intereses científicos comunes; (2) La publicación en revistas científicas y generación de contenidos científicos está guiada por un proceso editorial en la que un elemento esencial, y creo que irrenunciable, es la revisión y lectura crítica entre pares - acompañada/supervisada por un equipo editorial; (3) El grueso del "trabajo" que sostiene una revista científica y la generación de contenidos no está (directamente) remunerado: autores/as, revisores/as y editores/as no suelen percibir una compensación económica directa por el trabajo invertido (o reciben un compensación muy pequeña) en la generación del producto publicado.

En esencia, estos son elementos que, desde mi punto de vista, no deben perderse y, si es posible, mejorarse en cualquier sistema de publicación alternativo. La comunidad científica debe tener espacios que reconozca como el "lugar" donde se reúnen trabajos de investigación de su interés, donde es posible recuperar y releer un archivo histórico de publicaciones que den sentido temporal a una temática de investigación y que permita a sus miembros participar en cada uno de los diferentes roles que se ponen en juego en el proceso de publicación científica (e.g. como autores/as, lectores/as, revisores/as, comentaristas, editores/as, etc.). Particularmente, la escritura y comunicación científica debe seguir estando guiada por un proceso exigente de "revisión entre pares", pero este proceso podría ser mucho más transparente y constructivo que el que se da en el escenario actual (i.e. encaminado a mejorar la ciencia que se produce, no a seleccionar cuál se da a conocer).

No obstante, hay dos aspectos en cómo está organizado el sistema editorial en su actualidad que requieren un replanteamiento mucho más profundo. Por una parte, como ya han señalado diferentes voces, el proceso de selección de trabajos de investigación a publicar (y más cuanto mayor "impacto" tiene la publicación) cada vez está más guiado por la retórica de la "innovación", "novedad", "significatividad", etc. en la que se prima que un trabajo pueda generar visibilidad para la revista, genere/alimente debates empíricos y teóricos de moda pero quizás con poco recorrido en el medio plazo y prime la investigación "revolucionaria" frente a la ciencia "normal" (por recuperar la terminología de Kuhn). Sin embargo, esta lógica básicamente representa mal lo que es, en esencia, el trabajo que desarrollan la mayor parte de los/as científico/as (yo el primero): generar pequeños avances en el conocimiento, a través de la acumulación de resultados de investigación utilizando métodos relativamente conocidos - labor que es fascinante, absorbente y vocacional bajo estas condiciones y no debería necesitar "aditivos" para motivar al investigador/a. Sin la acumulación y visibilización de la ciencia "normal", los supuestos saltos revolucionarios (si los hay en las disciplinas sociales y humanas) realmente no tienen cimentación para sostenerse. Sin embargo, el sistema editorial actual y la manera en que se evalúa institucionalmente la ciencia no mantiene esta lógica, sino más bien la contraria.

Por otra parte, la "revista periódica" como depositaria de investigación original en relación con el entramado editorial que lo sostiene tiene problemas importantes y conocidos en cualquiera de sus facetas. En el "modelo restringido" gestionado por conglomerados editoriales multinacionales, probablemente se garantiza la continuidad, sostenibilidad y archivo (y en ocasiones tampoco esto último) de la investigación a medio-largo plazo, pero como se ha señalado, los costos e intereses económicos que conlleva lo está haciendo cada vez más inasumible para los supuestos "consumidores" (e.g. universidades, centros de investigación, organismos gubernamentales, etc.). Las revistas electrónicas de "acceso abierto" prometen ser una alternativa con una lógica académica equiparable sin costo alguno para los/as lectores, pero, en la actualidad (desafortunadamente), generan muchas dudas en cuanto a su sostenibilidad a medio/largo plazo. Muchos proyectos editoriales y revistas en abierto dependen del entusiasmo y trabajo de unas pocas personas -e infraestructuras digitales cuya sostenibilidad en el largo plazo no está clara- y desaparecen en el momento en que estas personas no pueden o no quieren mantener este compromiso.

Los otros dos ejes del sistema, repositorios institucionales y editoriales comerciales, se caracterizan por algunos de los elementos que se resumen en la Tabla 1 y he discutido brevemente en la introducción. No obstante, me gustaría destacar dos aspectos (las sombras y luces) de cómo funcionan las editoriales que necesitan una atención crítica. Por una parte, el modo en el que gestionan los derechos de autoría puede resultar en el medio plazo muy problemático para los investigadores/as y su capacidad para compartir y hacer accesible su trabajo (sin un esfuerzo económico añadido significativo). Como señalaré más abajo, esta no es la única manera de gestionar los derechos de autor y/o compartir producción e incluso, quizás, no es la única forma de gestión que puede generar beneficios económicos y comerciales para la plataforma editorial. Por otra parte, nos guste o no, hoy por hoy las editoriales y conglomerados comerciales son las entidades mejor equipadas para gestionar la difusión de la producción científica a escala global y a través de la multiplicidad de plataformas digitales y de media social que contribuyen a esta labor. Las diferentes editoriales (o incluso revistas) pueden ser más o menos eficaces o creativas en esta labor de difusión y explotación de los medios digitales, pero por lo general son más eficaces que muchas instituciones universitarias y operan a una escala mucho mayor de la que puede gestionar un equipo de investigación o investigador/a individual. Por ello, quizás se trataría de explorar cómo esta capacidad de comunicación que pueden sostener las editoriales se reorganiza y redefine de un modo que sea viable para estas editoriales (u otras entidades externas), frente a ser una tarea más a ser asumida por investigadores/as o sus organismos de trabajo.

Tabla 1: Aspectos positivos y negativos del sistema actual

 Revistas científicas

  • Comunidades académicas
  • Organización conocimiento
  • Revisión por pares / Proceso editorial
  • Sometidas a criterios de "impacto"
  • Falta transparencia proceso editorial
  • "Tradicionales": Propiedad de editoriales comerciales
  • "Abiertas": Pocas garantías sostenibilidad largo/medio plazo

 Repositorios institucionales

  • Públicos, abiertos y accesibles
  • Permanentes / Archivo institucional
  • Visibilizar el trabajo de una institución
  • Organización de la información poco eficaz para investigación
  • Desconexión con otras redes de conocimiento / Repositorios
  • Poco equipadas para comunicar en el contexto actual

 Editoriales comerciales

  • Apoyos para la gestión del proceso editorial
  • Herramientas para la comunicación / difusión información
  • Garantías de continuidad / sostenibilidad de una publicación
  • Costo
  • Conflicto intereses económicos/académicos/institucionales
  • Dudas sobre la preservación derechos autor

 

Una reordenación de elementos y  propuesta de sistema alternativo

¿Cómo se podrían reorganizar estos elementos de tal modo que los aspectos positivos del actual sistema se mantengan, e incluso mejoren y, en la medida de lo posible los negativos desaparezcan?. La Tabla 2 resume mi propuesta de reorganización. Debo señalar que se trata de un modelo (o delirio) que integra mi propia interpretación de diferentes propuestas ya realizadas, mi experiencia personal como autor, lector y editor y el conjunto de conversaciones y materiales que sobre estas cuestiones he ido recopilando de manera no muy ordenada. Por tanto, no es el resultado de ningún análisis bibliográfico sistemático, ni trabajo de diálogo estructurado con interlocutores de los diferentes agentes implicados. El esquema que propongo apenas tiene respuesta para la multitud de problemas prácticos que seguramente cualquier reorganización de esta envergadura conlleva. El objetivo principal es abrir el debate en torno a un modelo que, firmemente, creo tiene que cambiar (o más bien previsiblemente va a implosionar si se mantiene la lógica actual). Dicho esto, en mi modelo alternativo tendríamos tres elementos esquemáticamente organizados de la siguiente manera:

(1) Repositorios institucionales

El repositorio institucional sería el lugar en el cual investigadores/as depositan sus manuscritos y trabajos de investigación original. Es decir, serían el destino último y lugar donde se publica y archiva de manera segura y fiable a largo plazo la investigación original. Por ello, el proceso de revisión entre pares debería trasladarse a este espacio y redefinirse en algunos aspectos clave. Dado que el repositorio de la institución/organización sería el destino final de los trabajos generados por el personal investigador de esa institución, la cuestión no es si el trabajo terminará publicado (que lo será), sino el tipo de supervisión externa y crítica que un manuscrito recibe durante su proceso de revisión hasta que se "convierte" en un trabajo completado y publicado de manera estable en el repositorio. Así, cada institución debería ser responsable de establecer los criterios y exigencias que pone en este proceso de revisión entre pares - los cuales, sospecho, terminarían siendo bastante similares entre instituciones (o al menos instituciones con objetivos y recursos similares). Tampoco es necesario cerrar con mucho detalle estos posibles criterios, pero algunos elementos básicos de cómo se organizaría la revisión entre pares de los trabajos del repositorio podrían ser:

  1. Se realizaría en abierto y de manera pública, de tal modo que junto al trabajo publicado final pudiera recuperarse el archivo de comentarios, revisiones, respuestas, etc. que el manuscrito generó durante el proceso de revisión.
  2. La revisión entre pares en este modelo podría compaginar tanto los comentarios abiertos de cualquier lector/a como aquellos de revisores/as previamente designados y comprometidos a trabajar sobre ese manuscrito.
  3. En este modelo, quizás el anonimato en el proceso de revisión no tendría que ser un elemento o garantía imprescindible. Más bien, podría verse con un proceso de acompañamiento y lectura crítica entre autor/a y revisores/as planificado de antemano.

(2) Hubs académicos

Con la estructura anterior se garantiza que la investigación científica se hace pública y accesible y una institución, universidad u organismo de investigación pueda "dar cuentas" mostrando el trabajo realizado por sus miembros. Sin embargo, como señalé anteriormente, el repositorio institucional, ni las herramientas de búsqueda que podrían conectarse a ellos, son un buen espacio par dar sentido y organizar campos, temas y áreas de investigación. Para hacer esto, necesitaríamos un espacio alternativo. Este es el espacio que, en gran medida, sustituye a las revistas académicas tal y como las conocemos en la actualidad.

A falta de un nombre mejor, llamaré a este espacio alternativo un "hub académico". Se trataría de un espacio digital en el que un equipo de trabajo, que sustituye a lo que en la actualidad son equipos editoriales, y asume una función más bien de curatoría organiza y conecta investigación en un tema o área de conocimiento y se ocupa de proporcionar "valor añadido" a estos trabajos de investigación. Realizaría acciones como: organizar trabajos en colecciones temáticas (i.e. la alternativa a números especiales), proporcionar espacios de comentario o diálogo sobre trabajos individuales o conjuntos de trabajos, ayudar a generar contenido añadido sobre estos trabajos (e.g. multimedia, visual, etc.) y facilitar la difusión de la investigación en redes sociales, organizaciones científicas, etc.

Además, estos hubs tendrían una lógica de trabajo bastante diferente a la que sostiene las revistas actuales:

  1. Dado que los hubs no son propietarios, ni generadores de contenidos originales no pueden establecer ningún derecho restrictivo sobre los materiales indexados/compartidos en el hub. En otras palabras, un mismo trabajo podría (incluso debería) estar indexado y curado en diferentes hubs académicos. El ámbito, origen y lógica de estos hubs puede ser muy diferente y cada uno puede trabajar a escalas muy diferentes. Por ejemplo, puede tener sentido tener un primer hub con una lógica más regional o concreta (e.g. reunir lo que se está produciendo en un campo en una red de universidades o grupos de investigación, reunir lo que se está produciendo en un campo en un área geográfica relativamente delimitada, etc.), mientras que otro tipo de hubs pueden pretender trabajar a una escala más global y reflejar lo que ocurre en un área de conocimiento a nivel internacional.
  2. Dado que los trabajos de investigación ya están publicados y archivados en un repositorio institucional comprometido con la indexación y archivo del documento a medio/largo plazo, estos hubs pueden estar estructurados con una lógica temporal diferente. Así, en relación con el punto anterior, puede haber hubs con una naturaleza más efímera (e.g. organizados en torno a un proyecto y curados/actualizados durante su duración, curados y sostenidos más individualmente, vinculados a un evento/congreso, etc.), mientras que otros pueden tener una lógica temporal más estable (e.g. asociados a una organización académica, áreas de trabajo más consolidadas, etc.).
  3. Dada esta organización escalar y interconectada del trabajo académico, los hubs digitales serían espacios eminentemente multilingües. Específicamente, en estos espacios deben poder trabajar con una distinción clara entre el "idioma del texto original" y el/los idiomas en los que se desarrollan los "contenidos añadidos" (conversaciones, introducciones editoriales, etc.) del hub. Igualmente cada hub, en función de sus objetivos, ámbito de influencia, etc; podría establecer sus propias lógicas en cuanto al uso de lenguas, el papel de las traducciones, etc.

(3) Plataformas editoriales

Desde mi perspectiva, el mantenimiento y desarrollo de estos hubs académicos es perfectamente viable con los medios digitales existentes en la actualidad - y crecerían con todos los medios aún por desarrollar. No obstante, requieren de una infraestructura y un soporte (e.g. apoyo a la creación de contenidos multimedia, comunicación en social media, archivo, trabajo de asistencia editorial, etc.) que, hoy por hoy, no es asumible por las universidades u otros organismos públicos de investigación. Incluso, como he señalado antes, es posible que ni fuera deseable que esta labor editorial fuera asumida (o sólo asumida) por estas instancias - en tanto que potencialmente organizarían la información en función de sus propios intereses institucionales y organizativos.

Así, serían las plataformas editoriales actuales (u otras emergentes a diferentes escalas) las que podrían asumir esta labor y proporcionar espacios de trabajo y soporte a nivel extra/trans-institucional y geográfico. La pregunta obvia es dónde estaría el aspecto económico que hiciera estas iniciativas comercialmente viables (más allá de la publicidad). Sinceramente, no puedo decir absolutamente nada sobre las condiciones que tendrían que darse para que este tipo de inversión fuera lo suficientemente lucrativa para sostener su interés empresarial, ni cuáles son los parámetros bajo los que esto funciona. Lo que sí está claro es que el "modelo de negocio" sería sustancialmente diferente. El cambio para mejor más significativo es que este modelo ya no se basaría pagar el "acceso a la información/investigación" (que queda garantizada de manera abierta y universal a través de los repositorios). Sería más bien un modelo de negocio basado en explotar/rentabilizar los "valores añadidos" que los hubs académicos generarían. Por ejemplo, estas plataformas podrían crear colecciones editadas y venderlas en formato impresión/descarga bajo demanda. Igualmente, quizás podrían usar los materiales multimedia generados en el hub y/o otros trabajos de su plataforma para crear otros contenidos (e.g. cursos on-line, etc.) - u otras alternativas que ahora no soy capaz de vislumbrar. Ninguna de estas alternativas impide el acceso a la investigación original, ni "distorsiona" el proceso de supervisión del trabajo científico como ocurre en el sistema actual. Basan su rentabilidad en crear derivaciones de este conocimiento y son "rentables" si hay un público académico que piensa que es razonable pagar por ellas (no que "necesita acceder a ellas y, por tanto, pagar lo que haga falta"). En términos generales, es el tipo de relación entre autores-repositorios-hubs-plataformas que está prevista en las diferentes variaciones de las licencias Creative Commons y que, en principio, permitiría gestionar los derechos y responsabilidades de cada una de las partes de una manera más transparente y, seguramente, equitativa.

Tabla 2: Estructura básica de una reordenación de los elementos anteriores

Repositorio institucional

  • Depósito primario de investigación original
  • Revisión por pares abierta
  • Archivo del trabajo de una organización e investigador/es
  • Archivo permanente a largo plazo

"Hubs" académico

  • Curar contenidos / trabajos en un campo de conocimiento
  • Organizar y crear "valor añadido" a contenidos
  • Crear comunidades intelectuales académicas
  • Potencialmente más "volátiles"

Editoriales comerciales

  • Proporcionar una plataforma para estos "hubs" académicos
  • Apoyo en la comunicación / difusión
  • Apoyo en la creación de "valores añadidos" (e.g. video-blogs, social media, etc.)
  • Explotación comercial "derivada" de los materiales del hub

 

 El nuevo sistema dentro del trabajo académico en un "contexto neoliberal"

Para terminar querría señalar que esta reordenación del sistema de publicación científica, incluso, no sería incompatible con un sistema laboral e institucional en el que la evaluación y rendición de cuentas sobre el trabajo académico son prácticamente imperativos insalvables. Mi objetivo no es discutir si estos imperativos son deseables o deben combatirse (seguramente sí, pero argumentar esto sería material para otro ensayo); lo que sí puede adelantarse es que en este nuevo sistema revisado el proceso mismo de evaluación no podría instrumentalizarse económicamente, ni estaría enturbiado por los conflictos de intereses que se dan en la actualidad. En el nuevo sistema habría dos elementos distintivos sobre cómo se podría juzgar el trabajo de cada investigador/a:

  1. En términos de su "productividad", dado que el destino final de su producción (o la producción de más peso científico) es el repositorio institucional, las instituciones podrían establecer criterios mucho más claros -y fácilmente verificables- sobre lo que debe "producir" un académico/a en/para su organización. Criterios que podrían establecerse de manera general o en momentos específicos de su trabajo (e.g. como resultados de un proyecto, al concluir un periodo de permiso, en función de las condiciones contractuales, etc.). Esto abriría una discusión, compleja y controvertida, sobre qué es razonable esperar, qué nivel de producción beneficia a la ciencia en conjunto, etc. pero, desde luego, como primer paso, pondría coto a la lógica actual en la que lo que impera es el "cuanto más mejor", sin prestar mucha atención al "qué" se produce y "cómo" se produce.

  2. Este nuevo entramado ayudaría a hacer más visible (y, por tanto, medir y valorar) las diferentes caras del trabajo académico más allá de ejecutar y redactar la investigación propia. Específicamente, tal y como lo he descrito más arriba, ayudaría a visibilizar el trabajo de revisión y edición/curación que también realizamos. Incluso, sin ser experto en este tema, creo que es algo que sería posible re-construir en indicadores numéricos si podemos establecer ciertos acuerdos sobre las trayectorias y prácticas que aportan valor a las diferentes caras del trabajo académico. Por ejemplo, si asumimos que es más valioso que a lo largo del tiempo un investigador/a establezca un entramado amplio y variado de relaciones como autor/a-revisor/a frente a que termine inscrito en un círculo cerrado de investigadores/as que escriben y evalúa mútuamente sus propios trabajos, podemos construir un indicador que "mida" estas dinámicas. Por ejemplo, que más allá del número de citas un aspecto que puede decir algo sobre el valor es la variedad y cantidad de hubs académicos en los que un trabajo aparece entrelazado y, por tanto, crear índices para esto. Incluso, aunque no me atrevo a decir si esto es beneficioso o problemático (incluso distópico) en el largo plazo, en tanto que todo este trabajo académico es público y accesible podría ser valorado/evaluado directamente por el conjunto amplio y heterogéneo de usuarios/as que acceden a estos materiales.

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